El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha asegurado durante su intervención en el Foro ABC Salud sobre «El futuro de la sanidad pública y privada tras la pandemia», que si los datos del coronavirus volvieran a ser igual que los de la primera semana del mes de marzo «no tendría ninguna duda en confinar Madrid, incluso si el gobierno central no estuviera de acuerdo».

«Si viese que el comportamiento del coronavirus volviese a ser igual, que los datos asistenciales y la detección de casos fueran como en la primera semana del mes de marzo, la decisión la hubiese tomado incluso sin contar con el gobierno central en el caso de que no estuviera de acuerdo», ha afirmado el consejero madrileño, quien ha rememorado que entonces los casos se doblaban cada día. «La única manera de pararlo es mantener distancia con él. Viéndolo ahora es más fácil. Si viese que el comportamiento es igual que esa semana no tendría ninguna duda en confinar», ha reiterado.

El consejero madrileño no cree que vuelva a repetirse una situación tan grave, pero sí considera que si se hubiera confinado a la población la primera semana de marzo, los resultados hubieran sido distintos, incluso en el número de muertes. «Si uno contiene el virus con antelación, contagia menos y la evolución será menor». Si se hubiera confinado una semana antes el horizonte hubiera sido distinto porque hubiera disminuido el número de casos», asegura.

Por su parte, José Martínez Olmos, médico especialista en medicina preventiva y salud pública y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, al que le tocó gestionar la epidemia de gripe A de 2009 como secretario de Estado de Sanidad, considera que el hecho de que la gripe A fuera menos impactante de lo previsto, unido a la crisis económica posterior, «contribuyeron a no hacer algo que debiéramos haber hecho: tener una reserva estratégica con materiales de protección y equipamientos médicos de UCI. Haber pensado cómo no depender de un mercado determinado». Aunque asegura que, incluso contando los países occidentales con esa reserva estratégica, «hubiéramos tenido problemas porque la situación de la gripe A y el coronavirus es muy diferente».

Martínez Olmos también considera que «un trabajo más consensuado hubiera minimizado el problema de credibilidad». El ex secretario de Estado de Sanidad apunta a que «antes de la decisión de decretar el estado de alarma, seguramente porque ni China dio información ni la OMS acertó, y porque el virus se ha manifestado de manera silenciosa, nuestra vigilancia epidemiológica occidental no supo detectarlo». «Eso explica por qué lo que recibíamos era una visión unánime de que había preocupación, pero se estaba controlando y España estaba preparada. Cuando las cosas se desbordaron, aparece la situación de estado de alarma y ya se percibe falta de coordinación. En ese sentido podemos mejorar. Nos queda más satisfacción habiendo hecho las cosas con acuerdos que con discrepancias», ha concluido.

Colaboración sanidad pública-privada

Como hechos positivos, Juan Abarca ha destacado la «buenísima coordinación entre sanidad pública y privada, sobre todo en Madrid y Barcelona» durante lo peor de la crisis sanitaria. En concreto, en la Comunidad de Madrid, a 30 de junio, Ruiz Escudero ha señalado que se han atendido 52.546 pacientes, 10.920 de ellos en hospitales privados, un 20%. Y 1.668 de ellos fueron derivados de la sanidad pública a la privada.

«En un día se integró todo en el mismo sistema cuando siempre vamos en paralelo», ha explicado Abarca, aunque ha reconocido que deberían mejorar los sistemas de información compartida y la posibilidad de trasladar pacientes desde las comunidades más afectadas a otras con menor carga. «Si hubiéramos tenido corredores sanitarios para trasladar a otras comunidades en ambulancias o trenes medicalizados se hubiera hecho hueco para ingresar a otros pacientes», ha señalado.

Posible brote en Madrid

Madrid puede presumir actualmente de ser una de las regiones donde el virus está más controlado. A pesar de ser una comunidad con mucha población, tan solo se está estudiando un posible brote que no está confirmado. El consejero ha recordado que la Comunidad lleva tres días sin reportar fallecidos. Ha destacado que quedan menos de 200 pacientes hospitalizados, con una estancia media muy prolongada; mientras que en UCI quedan 62 pacientes, la mayoría con una estancia de más de 60 días de media, «lo que indica que no hay casos nuevos graves». «A nivel asistencial está bastante controlado. Los casos nuevos pocos requieren hospitalización, son casos leves controlables desde el domicilio», ha explicado. Además el seguimiento epidemiológico de los contagiados y sus contactos ha permitido detectar que solo «un 2% de los contagios presentan síntomas y de esos, el 5% da PCR positiva».

Lo que más le preocupa al Gobierno madrileño son «los casos importados de Barajas», donde ya se han detectado 32. Respecto a la reapertura de los centros de ocio nocturno, ha señalado que será muy controlada y que la idea es «transformar las discotecas o bares de copas en terrazas interiores». «Se elimina cualquier elemento de concentración de personas al suprimir las pistas de baile y utilizar mesas con sillas y un servicio en la mesas para evitar movilidad», ha explicado.

Residencias de ancianos

Con respecto a la posibilidad de medicalizar las residencias, el consejero de Sanidad ha precisado que el sector de las residencias es heterogéneo ya que hay algunas que tienen un concepto más de hospital que otras. «Hay que establecer bien claro cuál es el control sanitario de estas residencias según los recursos que mantenga el centro», ha apuntado Ruiz Escudero. Por parte de la Comunidad se están haciendo estudios de seroprevalencia en estos centros para poder actuar con rapidez y tomar decisiones clínicas en caso de detectarse casos.

En este sentido, Abarca coincide en la necesidad de contar con planes preventivos y con el refuerzo además de los servicios de atención primaria, ya que las residencias, aunque tienen que estar controladas, «no son hospitales de crónicos, son domicilios».

Para Martínez Olmos las residencias «deberían estar tuteladas por Sanidad porque son domicilios con personas con patologías crónicas».